¿de qué habláis? -preguntó Agus--. ¿Qué es lo que existe o no existe? Hubo un instante de silencio y Carlos abrió la puerta de la Zona Deshabitada y entró con paso decidido. Miguel le siguió, movido por una suerte de inercia inexplicable, y se detuvo en el interior de la Zona, asistió impasible al desconcertante surgir de una claridad total e insospechada que parecía nacer de cada uno de los rincones de la habitación. --¡No!