lo Progreso. Desde esta perspectiva los regresos y resurrecciones históricas son impensables o reprobables. No niego que la ciencia y la técnica han alterado radicalmente los modos de vivir de los hombres, aunque no su naturaleza profunda ni sus pasiones; tampoco niego que hemos sido testigos de muchos trastornos y cambios sociales, aunque su teatro no han sido los países señalados por la doctrina (los desarrollados) ni su actor el proletariado industrial sino otros grupos y sectores. Sin embargo, lo que