por el cuarto. «Ahora sí que parece un capitán», pensó Rugeroni. «O tal vez un arponero oteando el mar en busca de una ballena.» Observó Melville que justificación y orden son anhelos de nuestra mente, ignorados por el mundo físico. Se diría, además, que en la mente hay cierta vocación de inmortalidad y que el cuerpo es manifiestamente precario. De estas incompatibilidades surge toda la tristeza de la vida. Continuó:
HIS:164.29
IGNORAR.2 - Hacer como que se desconoce o no se percibe [algo o a alguien]. No hacer caso