teniente Lentejuelas --dijo la voz con evidente sorna. --Usted no se pase de listo y déle el recado al comisario Flores, si no quiere que se le caiga el pelo, monosabio. Algo en mi tono debió de impresionarle, porque se produjo un silencio al otro extremo del hilo, que interrumpió la voz del comisario Flores. --¡Coño! ¿Eres tú? --Ya ve usted que sí, señor comisario. --Yo te hacía muerto,