libro que reponía en su modesta biblioteca, le tendió una mano. Era un hombre flaco, de frente ancha, de cara angosta y pálida, de ojos grandes, febriles, oscuros. Nada en él parecía muy limpio. --Odio trabajar en equipo --declaró con furia; suspiró y dijo: --¡El que sólo tiene dos brazos no puede salvar a muchos! Le hablaré con toda claridad: yo elijo a mis pacientes. --Comprendo --contestó Olinden. Por
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ODIAR - Sentir una intensa antipatía y aversión [hacia alguien cuyo mal se desea]