le? ¿Ahora me crees? Hablaron a solas y Miguel insistió en que había visto con claridad cómo la criada volcaba sobre él la humeante sopera. Aunque ella no quisiera creerlo, Onésima era mala, muy mala, y le odiaba, siempre que podía le hacía sufrir, le castigaba sin motivo. Mercedes le miraba con expresión seria, inconmovible, pero, en una ocasión, hizo con la cabeza un breve gesto de asentimiento, como el del profesor. «
TER:124.04
ODIAR - Sentir una intensa antipatía y aversión [hacia alguien cuyo mal se desea]