RUFINA.- (Contiene su rabia.) ¿Y con quién se ha acostado mi hija? ROSA.- No me lo ha dicho. (Un silencio. Sin mirar a nadie, RUFINA gira despacio hacia la puerta.) Trátela con dulzura, Rufina. Sólo es una chiquilla y necesita su cariño. RUFINA.- (La mira con rencor.) El cuello pongo a que ha sido en el teatrito de usted. ROSA.- ¡Se equivoca!