en un ingrato. Vengo a cobrar. --No tengo nada que pagarle. A mí me rejuveneció el doctor Sepúlveda. --¿El famoso embaucador? Usted me explicará: si no era un pobre charlatán, ¿por qué murió? ¿Por qué no echó mano de ese tratamiento que a usted le dio tan buen resultado? --Habrá muerto en un accidente. --Da la casualidad que murió de viejo. Diablo y todo, soy más honesto que muchos.