: «Esto no puede pasarme a mí», y de nuevo aplicó el oído. Debió admitir que a veces lo inaudito ocurre: el corazón no latía. Tan perturbado estaba que sin comprender la trascendencia de sus actos, marcó en el teléfono un número y ordenó que le mandaran inmediatamente una ambulancia. Entonces advirtió el error, pero se consoló pensando que por menos había reprimido un primer impulso de asomarse a la sala de espera y gritar: «¡Un
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MARCARII.3 - Pulsar las teclas [de un aparato esp. un teléfono] para formar un número