--¿Por suerte anda buscando que lo maten? --Que me lleven. --No lo llevo. Ahora vuelvo a casa. A casita, cuanto antes. --¿Dónde vive? --Pasando Constitución. --No tiene que desandar camino. Voy a Constitución. --¿A Constitución? Ni loco. La están atacando. --Me deja donde pueda. Resignado, el cochero pidió: --Suba al pescante. Si voy con pasajero y nos encontramos con los huelguistas