hoy lo que apeteció ayer? ¿ Por qué le interesa ahora lo desdeñado antes ? Todo lo investiga y curiosea: lo palpa, da vueltas al objeto en sus manitas, se lo lleva a la boca, tienta su resistencia, huele... Olfatea, sobre todo, como un perrito, ¡y con qué intensa fruición! El niño siempre anda buscando. Entonces, si no se siente buscado, por fuerza pensará que el mundo falla y le rechaza. Por eso el