Se había levantado un viento suave y apacible. No se había cortado la luz eléctrica, como con tanta frecuencia solía suceder en esta casa. Del exterior sólo me llegaba un rumor conocido, el de las ramas secas de un rosal arañando mi ventana. Y, sin embargo, me atenazaba un miedo pavoroso que no podía resistir. Salí de mi habitación dispuesta a pedir ayuda a Santiago. El pasillo estaba iluminado por un resplandor que venía del extremo contrario. El dormitorio de
SUR:071.16
ARAÑAR - Herir la piel rozando con las uñas o algo punzante. P. ext. rozar una superficie produciendo rayazos.