las hogar paterno), conquistado desde dentro. Incluso cuando se rebeló lo hizo contra ella; y cuando la abandonó por algunos períodos de tiempo más o menos largos, la distancia fue el eje de sus movimientos y convicciones. El sí amaba esa ciudad; ese amor era a veces apasionado y a veces colérico pero nunca ciego ni violento; no estaba atrapado sino incluido en ella; siempre lo supo y esto le daba ánimos y fuerza, le procuraba una satisfacción más profunda