No te preocupes --me contestó--. Yo me arreglo. Quise creerle, aunque mi experiencia de muchacho supersticioso me enseñaba que basta ceder un instante a los halagos de la vanidad, para recibir castigo. Al día siguiente me despertó el teléfono. La reconocía aunque hablaba en un murmullo. Me decía: --Adiós. Nos vamos a la quinta en Pilar. Le conté todo a mi marido. Perdoname. «Le previne», pensé con alguna irritación.
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DESPERTARI.1 - Interrumpir o hacer interrumpir el sueño y (de)volver a la consciencia