en materia de ropas, mensajes al exterior y estado de salud. El programa consiste en una alteración tal de trenes y de coches que un encuentro es prácticamente imposible y sus vidas vuelven a distanciarse hasta el fin de la semana. Presumo -todo esto he llegado a entenderlo después de tensas proyecciones mentales, de sentirme ellos y sufrir o alegrarme como ellos- que esperan cada domingo como nosotros allá arriba esperamos la paz del nuestro. Que el Primero haya elegido