... Somos espíritus caídos en el tiempo pero no somos tiempo: somos inmortales. Ésa es nuestra condena: eternidad sin esperanza. YO: Somos hijos del tiempo y el tiempo es esperanza. Tras la ventana, las azaleas se habían fundido con la noche. Sobre la hoja de papel, en un hueco entre dos párrafos, advertí una pequeña mancha de tinta. Pensé: un agujero de luz negra. México, a 22 de marzo de 1983 I MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS
TIE:136.17
FUNDIRII - Reunir dos entidades en un todo. Fusionar