su vida ha sido incapaz de aglutinarlos. Hojear su relato acuciado por la premura del tiempo es un lancinante ejercicio de irrealidad: al final, ya no sabe si es el remoto individuo que usurpa su nombre o ese goytisolo lo está creando a él. Los materiales dispersos en su mesa de trabajo le sumen en un mare mágnum de incertidumbres y, angustiado, abrirá uno de los cajoncillos superiores de aquélla y examinará la fotografía de su verdadera mujer. A ELLA Su extrañamiento