selaslo y beréberes que excavan las zanjas de obras públicas cada vez que hay cambios o averías en la red de agua o electricidad del barrio o una misteriosa modificación en el trazado de las líneas telefónicas: los componentes de los aluviones superiores los contemplan así, con visible satisfacción, humildes y agazapados, mientras tiemblan en el estrépito ensordecedor del taladro o dan enérgicamente al callo con la pala y el pico. Al fin -hemos llegado ya a la base del pastel-