mí no supo ser padre... Un chispazo de alarma se encendió en el cerebro de Julián. Todavía era tiempo de reclamar el té, de apresurar la despedida, de dar una palmada en la espalda al muchacho que un poco tembloroso replicaba a la madre. Todavía... No obstante, dijo al chico: --Sirveme más --y le extendió el vaso vacío mientras era perfectamente consciente del infortunio a que iba a conducirle el movimiento incontenible de su mano. Genoveva