todo rojo, que la gente creyó era jugo de plantas, pero era sangre de él mismo... El príncipe revivió, se levantó más fuerte que nunca, abrazó a sus padres y acabó reinando muchos años sin que pasara nada, acordandose siempre, siempre, del viejo de la montaña que, en cuanto cumplió la salvación, desapareció: Valerio pulsa una tecla, suena un chasquido y las ruedas se detienen. -¿Lo cuentan así en Calabria? «¿Qué