pensarla luego en la cama con su Romano!... Eso antes me cabreaba y no es que yo esté tan rematado, aunque la Rusca ha empezado a comerme más abajo... Eso es que hoy ha pasado algo...» Cavila un rato sin palabras y luego piensa para el niño: «Recuerda bien lo que te digo, hijito; no lo olvides: las mujeres te sorprenderán siempre. Crees que ya conoces toda la baraja, desde la reina a la sota