: ¿ hasta qué tiempo han dormido con ustedes sus hijos pequeños ? -¡Ay, no hemos tenido hijos!... Dios no nos mandó ninguno. « ¿ En qué estaría pensando Dios teniendo a mano esta hembra ? », cavila el viejo mientras se disculpa, confuso. Ella quita importancia, comprendiendo... Y, para cortar el silencio, cambia de tema: