designar a los países europeos gobernados por regímenes satélites de los rusos; esos países, dice el novelista checo, son una parte de Europa occidental y viven una situación que, en el fondo, no es muy distinta a la que experimentaron durante la guerra bajo gobiernos peleles impuestos por los nazis. Tiene razón. Debe agregarse que la dominación rusa sobre esos pueblos ha detenido su marcha histórica. Por ejemplo, Checoslovaquia era un país ya plenamente moderno, no sólo por su