tarde y creo que voy a dejarte... » Pero tampoco parecía fácil porque Genoveva, con la astuta artimaña de los que quieren prolongar los encuentros, había lanzado al aire la propuesta infalible: «Hablemos de ti un poco, iniciemos tu turno... » --¿Qué tal la galería? --dijo--. Porque cambiaste el bar en galería de arte, ¿verdad? «No le importa, pero quiere retenerme, quiere que continúe ante ella ocupando un espacio