. La etérea, casi irreal oscilación de los bailarines traza un círculo mágico alrededor de él: pese a sus esfuerzos en escapar y ocultarse, permanece atrapado por una telaraña invisible. Afortunadamente, los ejecutantes de la sama no parecen advertir su presencia. Situado en el núcleo central del viaje, en la espiral de la mutación interior donde se funden el ser y no ser -umbral de la iniciación y el conocimiento sin límites-- acogerá como un maná las palabras del Maestro