dormir? Después sonreía, decía que había que obedecer al médico y se marchaba. A Miguel no le gustaba la oscuridad. Por eso, cuando no tenía sueño, encendía la luz y permanecía silencioso en la cama. Un día advertía que el color de la puerta no era exactamente igual al del marco; otro, descubría un cable blanco ceñido al dintel y lo seguía con la vista hasta el enchufe de la lamparilla. Cuando miraba hacia el techo, contemplaba las grietas