Miguel ya se había acostado y la abuela no cesaba de hablar. Decía que él se parecía mucho a su padre. El mismo pelo, los mismos ojos tristes. El abuelo estaba de viaje, volvería dentro de tres o cuatro días. Entonces le conocería, el abuelo era alto como un príncipe y, cuando joven, había tenido también los ojos tristes. Pero ahora Miguel debía dormir si quería curarse cuanto antes. ¿Sabía decir sus oraciones él solito, o
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ACOSTARI - Poner el cuerpo en posición horizontal fundamentalmente para descansar o dormir