y todavía manda mucho... Es preciso ir a mover la cosa en Roma. La idea la estimula. O quizás es más bien esa respiración viril y ese movimiento de labios que ha enardecido su pezón. Lentamente su mano libre desciende acariciando el torso y el vientre de Renato, que responde al deseo de Andrea como si su carne quisiera librarse así de la sombra de la muerte. A Brunettino le cuesta trabajo dormirse. El viejo le ofrece en sus brazos la
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ACARICIAR.1a - Tocar con suavidad [a alguien o una parte del cuerpo a alguien], especialmente con las manos, como muestra de cariño o afecto