, la Agnese o la moza que por entonces le alegrara la pajarilla. Si al callar la escalera no se oía nada, entonces el amo pisaba la tierra del zaguán y la tierra no tiene voz, sólo habla tocandola y oliendola. El amo iba camino de la cuadra, a echar el ojo a los animales, que le recibían con sus relinchos, mugidos y pateo de cascos, como ellos hacen... ¿Y sabes cuándo había que estar más al cuidado