lo y chillando, pero acude Andrea y se lo lleva hacia dentro. El viejo ayuda a Simonetta a ponerse el chaquetón y ella se coloca la boina y se arregla femeninamente el pelo. Se cuelga el bolsón del hombro, se lía al cuello la bufanda amarilla y se vuelve dejando resplandecer su sonrisa: -¡Qué bien lo he pasado! --exclama sencillamente. Tiende la mano como cuando llegó, como a un camarada. Pero cambia de idea antes de que