Di algo de una vez. --La bicicleta --balbuceó David a pesar suyo--. Yo creo que era mejor la bicicleta... Quería explicar: con la bicicleta podré ir al río, pescar, bañarse, hacer carreras con los otros, entrenarme para la Vuelta a España. Pero no podía hablar. A pesar suyo, sintió que las lágrimas corrían por sus mejillas. Rabioso y despreciandose, las limpió con la mano. El padre le observaba en silencio