desde fuera con su vigorosa blancura como para protegerles: no se aventuran los lobos sobre nevada reciente, donde dejarían huellas delatoras. Para gozar del privilegio de esa carga, para respirar tan de cerca ese olor corderil, el viejo duerme cada noche en alerta. Aun a través de la cerrada puerta le despiertan los primeros crujidos de la cuna al rebullir el niño... ¡Rápido!, si se retrasa un instante Brunettino llegará hasta la barrera maldita y empezará a luchar solo
SON:217.18
DORMIR.1 - (Hacer) Entrar en un estado de reposo y suspensión de la conciencia