ojos adormilados y el maletín que sostenía sobre las rodillas. --Y ahora, ¿qué? --preguntó. --Ahora te quedas con el maletín y mañana sin falta llamas al comisario Flores, le repites lo que te acabo de referir y le haces entrega del maletín y del dinero. Con esto, si mis cálculos no fallan, habrás puesto punto final a este desafortunado incidente. --¿Y el Caballero Rosa? --El Caballero Rosa no sospecha de ti, así