, creadora en que te arrastrabas a ti mismo como un río, te revolvías desbordante, te despeñabas y nosotros te seguíamos inmersos en la catarata, me pregunto si sólo vives para la pintura como lo hiciste aquí en París, si amas a una nueva mujer, qué rumbo has tomado. Si así fuera Diego, dimelo, yo sabría comprenderlo, ¿acaso no he sabido comprender todo? A veces pienso que sería mejor dejar Montparnasse, abandonar la Rue du