noslo con la mochila; los dientes los sentí de piedra, es tremendo que le pesen a uno los dientes pero ahora ya ni los siento, no me siento ni a mí mismo, creo que la nieve me congeló y los alemanes cazandonos desde sus madrigueras, yo debería correr como corrí hace un rato rumbo al río, a campo traviesa, sin importarme el fuego, pero ahora alguien me está remolcando, me ha agarrado de la cintura, su mano