lo, mañana bien podría antojárseles engullirlo a la brocha con una manzanita en la boca o preparado en bitoques à la russe, a la manera de Hilaria, con crema agria y morillas. Había en ellos algo bárbaro e imprevisible que destanteaba; se enorgullecían de que los consideraran excéntricos y opinaban de los demás: "Son burgueses" o "Qué costumbres más burguesas". "Nous ne sommes pas comme tout le monde", afirmaban y, en efecto, caminaron