ojeras rosadas, casi fosilizadas acentuaban el desprecio en su rostro. Exploró el contenido del envoltorio para exclamar con frialdad: --¡Este niño vive! Un borbotón de lágrimas se anudó en la garganta de Mónica y el apretado nudo se deshizo en sus ojos. ¡Esto era un milagro, un regalo del cielo! El niño, todavía en los periódicos, respiraba; de su boca abierta salía un pequeñísimo aliento, apenas un soplo. El doctor se puso a limpiarlo
DIE:120.22
DESHACERI.1 - Volver a su estado anterior [algo previamante hecho]