, a pesar de lo cual todavía venero su memoria, porque gracias a él te perdí de vista. Cucaracha. Deshonrada, preñada y sin un duro me dediqué a la prostitución en los retretes de un parador de camioneros hasta que nació mi hija, a la que abandoné en un canastillo a la puerta de una ermita. Me he quedado tuerta, se me han caído los dientes, soy alcohólica y morfinómana; he estado seis veces en la cárcel y cuatro en el