que sus señoriales dientes condujeran sus vidas a la inmortalidad? TODOS.- (Menos Burrote y Gatina.) ¡Bravo! ¡Bravo! ZORRA.- Y, en cuanto al pastor, perteneciente a esa extraña raza que se viste, raza de tiranos, ¿o acaso no nos trata como a esclavos?... (A Leónidas.) Señor, yo he estado en esos horribles bosques de hierro y hormigón armado llamados París, Londres, Berlín, Nueva York,