entreteniendose en coger no sé qué cosas del suelo. Por suerte venía sola. Le hice una señal alegre con la mano y ella se dirigió hacia mí, muy seria, sin responder a mi sonrisa ni a mi saludo. Vestía una especie de baby colegial verde opaco y una vieja cesta colgaba de su brazo. --¿Adónde vas? --le pregunté, sabiendo muy bien que iba a la ciudad para buscar comida y ropa de puerta en puerta.