cierre de una puerta! Ya fuera de la estación, Pancho abre todo el regulador y le habla a su montura, a su yegua de hierro, su animal de fuego ancho y poderoso; la halaga con la mano, la reconoce: "Ya, ya, Prietita, tranquila Prietita, quietecita, quietecita, ¡calmada la muchacha!" Camilo o Sixto o Cupertino o Juan el ayudante de maquinista en turno están tan acostumbrados a la voz de Pancho que ya ni
DIE:075.37
RECONOCERII.2 - Mirar [alguien] con detenimiento [algo o a alguien] para enterarse de su identidad o circunstancias. Examinar