los imperialismos europeos, ya sea porque fueron sus colonias o porque padecieron sus intrusiones y exacciones. También es natural que no vean con buenos ojos al aliado y cabeza de sus antiguos dominadores, los Estados Unidos. La Unión Soviética ha utilizado con sagacidad estos sentimientos y ha procurado, cada vez con mayor éxito, que la organización se convierta en tribuna de ataques a los Estados Unidos y Europa Occidental. El error más grave fue haber admitido a países abiertamente alineados, como Cuba