lo explicar y justificar de qué manera, volviendo las armas no ya hacia las fronteras, sino sobre la patria misma, se combate por la patria; o sea, de la necesidad de racionalizar y moralizar el paso al frente -por usar la afortunada expresión de Antonio Izquierdo- como el acto patriótico por excelencia, sin parangón con ningún acto civil, surge una serie de desidentificaciones de la patria con cualquier cosa humana y divina, desidentificaciones que tienen por destilado, sublimado o