barrios donde reinaba la miseria,15 es decir, donde las familias no contaban con los medios más elementales ni para prevenir el contagio, ni para alimentar a los enfermos en condici ni mucho menos para permitirse el lujo de que dejaran de trabajar por unos meses y se dedicaran a hacer reposo en una chaîselongue en la Sierra. Era, en una palabra, una enfermedad de pobres, pero que sólo conseguían curársela los ricos. Tal vez por eso, aunque menos vergonzante