corre tras él, al tiempo que la oscuridad se apodera de la casa y el farol se apaga. Fuertemente iluminada y sentada a su mesita, la DAMA reaparece a la izquierda.) DAMA.- En dos ocasiones inolvidables me tocó mirar al fondo de aquel agujero. A mí, sí: a Charito. A Aquella niña ignorante y tonta que he descrito como si no fuese yo misma, porque apenas tengo ya nada que ver con ella. [ Quizá algún lector
CAI:106.20
TOCARII.1b - Corresponder [a una pesona] [cierta obligación]