-No es eso. Desde ahora llámame abuelo, nonno. Andrea, un instante irritada, le mira con enternecida sorpresa. «¡Cómo quiere a mi hijo! », piensa. Y entonces es al viejo a quien le toca irritarse, por esa ternura que percibe. --¿Qué miras? ¿Es que no lo soy? ¡Pues «abuelo» y ya está, demonios! «Abuelo.» El viejo paladeó la palabra durante la madrugada
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TOCARII.3 - Llegar el momento de [hacer algo] [a una persona]