a perder y que se pareciera lo más posible a ellas mismas. El ideal de muchas era el de mantenerlos el mayor tiempo posible bajo su ala protectora, sumidos en el ámbito reconfortante de las buenas costumbres. Una vez terminado el Examen de Estado, los chicos de provincias querían volar con alas propias y salir de su casa para hacer carrera en otra ciudad de más amplios horizontes. Así hablaba una madre gazmoña y preocupada ante esta separación: Esto de separarse