elefante y escribiría el título en grandes caracteres negros: LAS AVENTURAS del AMAZONAS Dejaría diez o doce páginas en blanco y luego las rellenaría con ilustraciones del León de Fuego, la Serpiente de la Muerte y otras fieras selváticas. Cuando hubiera terminado el primer ejemplar, haría otro y después otro y otro, todos iguales. Haría por lo menos doscientos y podría venderlos o regalarlos. En toda una mañana sólo consiguió terminar una página. La miró desalentado: no se veían