y otro extremo del sofá. Bien, bien, ahora es más claro --se dice--. Temo que antes no lo había entendido --se dice--. Ahora es claro y, si evito los nervios, puede que todo termine bien --se dice--. Entonces ella presiona fuertemente sus brazos. En realidad los atenaza. ¿O antes apareció ese mínimo temblor de ojos, ese alerta de incredulidad que antecede al miedo en décimas de segundo? Ella lucha, sí