la mirilla. Perplejo, abre la puerta. Sonriente, entra CHARITO. NÉSTOR cierra.) CHARITO.- ¿No ha salido Rosa todavía? NÉSTOR.- ¡Si salió contigo! (El ventano empieza a azulear. Cuando terminan las siguientes palabras de CHARITO, la fría magia luminosa ha vuelto a adueñarse del ambiente, como si, a su pesar, NÉSTOR la compartiera.) CHARITO.- [ Sí, pero ] iba preocupada porque se había dejado el bolso